La inevitable cruzada de los
tiempos lleva a que la luna se esconda
de sí misma en el desierto planetario del universo, plagado de intensas
estrellas que no son más que el destello funerario de la inevitable muerte del
tiempo y las cosas. Es significativo pensar y mirar el cielo con cierto
desconsuelo humano, con la agonía desesperada de querer alcanzarlo todo como si
la distancia del espacio no existiese ¿qué le hizo pensar a Platón de la
existencia del topus uranus? Ésta es, quizás (posibilidad en el mundo de las
posibilidades), una de las metáforas astronómicas que llevo a la humanidad occidentalizada
a buscar respuestas imaginarias en la gran bóveda celeste, pero de preguntas
terrenales cargadas de sentido para los hombres cavernarios que esperaron con
ansias la luminosidad de la gran estrella. El mito como un conjunto de símbolos
cargados de significado representa la construcción social del conocimiento
humano, también una política que desafía la dicotomía entre orden y caos. Y es
que el ser no da puntada sin hilo para dibujar su propia historia, que está
repleta de intencionalidades, porque decir que las cosas suceden naturalmente
respecto a un plan divino, sea el dios que sea, pareciera ser de una filosofía
de la historia propia de historiadores conservadores del siglo XIX, aunque hoy
todavía existen fuerzas reaccionarias dispuestos a hacernos creer de la existencia
de un orden natural que nunca podrá cambiar: ricos y pobres viviendo
eternamente en contradicción. Sin embargo, la humanidad está en proceso de
cambio permanente, es su característica ontológica y lo que permite en nuestra
actualidad pensar que el sistema neo liberal puede ser superado, de que la
posibilidad del socialismo es cada vez más cercana. Pero, para ello es
necesario volver incesantemente al pasado para recoger las experiencias de
otros intentos entregándole un sentido contextualizado a nuestro periodo
histórico. En este sentido, la Historia entrega una variabilidad de universos
que deben ser resignificados para avanzar en esta inevitable cruzada de los
tiempos, tal como sucede con el mito de la caverna de platón, toda esa unidad
simbólica entregada por los griegos, que ante todo debo aclarar que esto no se
trata de otro intento occidentalizante, sino más bien de una preocupación
lectora que tuvo sentido en algunas de sus líneas, como lo que sucede con el
sabio griego que debe abandonar la contemplación para asumir responsabilidades
ciudadanas con la polis, compromiso de gobierno. En esto noté el cruce de
ciertas ideas, obviamente con sus claras diferencias, entre el abandono de la
contemplación y la tesis once de Marx sobre Feuerbach: “los filósofos no han
hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata
es de transformarlo”. Ésta ha sido una de las grandes frases que Marx nos ha
propuesto, pero es necesario ampliar su espectro, ya que los filósofos no tan
solo son aquellos quienes estudian hoy profesionalmente la filosofía, sino que
todas las personas que se proponen una forma de enfrentar hoy la vida
cotidiana. Es decir, que esta frase no está solamente fabricada para los intelectuales,
sino para todo aquel o aquella que frente a la necesidad de transformar la
estructura política, social y económica del país decide dejar de lado la
contemplación para dar paso a la filosofía de la praxis. Esta necesidad manifiesta
la construcción de una contra hegemonía para hacerle frente a los vaivenes del
gran capital que dispone de la fuerza de trabajo en su devaluación constante.
Es que el mito de la caverna puede tener diversos significados dependiendo de
quién le entregue su sentido en el intento dialéctico a que nos lleva la
incertidumbre del presente para recoger experiencias pasadas y proyectar un
futuro al temple de las reivindicaciones que los pueblos necesitan. Por ello, salir hoy de la caverna a la cual la
dictadura y post dictadura nos ha sometido, y así buscar la luz de nuestros
tiempos es darle sentido al cosmos, al universo, a las estrellas que fugaces
pasan, a los planetas, en fin, es darle sentido a nuestro planeta tierra, a
nuestra tierra, a nuestras vidas.
1 comentario:
(Sonará a-lugar respecto del texto)
La posibilidad cierta de la lejanía permite una suave comodidad del profundo sentir en sus más diversos aspectos.
La explotación que estoy viviendo permite tomar conciencia del tiempo, la rapidez y la calma.
Es complicado asumirlo, creo que me costó contigo.
Mezclas en las profundidades de agua azul.
Desconexas las palabras ya puedo dormir.
Tu igual.
Nos veremos algún día compañero.
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