02-02-2013

Durazno Sangrando

Malditos versos


Querer es poder, como el poder que corrompe mis entrañas
Acabando en el sabor amargo de este desierto de dolor.
La inseguridad es el peor de los deseos, te impide besar, demostrar cariño, hacer el amor en desvelo. 
Fuimos consecuencias de nuestros tormentos,
Hoy soy consecuencia de mis palabras, de tus actos, de la distancia.
El amor es mi peor enemigo, me apuñala por la espalda
Y me dice de frente: púdrete en el desierto de dolor.
Nunca me sentí tan solo, nunca había sentido tanto hastío por la vida.
Que insignificantes seres somos, cuando las palabras no pesan pero sí que duelen.
Enrique Lhin y sus malditos versos, las celdas circulares.
Me encuentro caminando en círculos llegando al mismo punto de partida
Quién podrá abrir esa celda para abandonar el hastío.
Afrodita ¿eres tú?
Hades no me mires con esos ojos y déjame tranquilo en la quietud de mis palabras vacías de actos concretos.
Venus ¿eres tú?
Una vez más el tormento vuelve a mí. 

24-01-2013

De universos y políticas


La inevitable cruzada de los tiempos  lleva a que la luna se esconda de sí misma en el desierto planetario del universo, plagado de intensas estrellas que no son más que el destello funerario de la inevitable muerte del tiempo y las cosas. Es significativo pensar y mirar el cielo con cierto desconsuelo humano, con la agonía desesperada de querer alcanzarlo todo como si la distancia del espacio no existiese ¿qué le hizo pensar a Platón de la existencia del topus uranus? Ésta es, quizás (posibilidad en el mundo de las posibilidades), una de las metáforas astronómicas que llevo a la humanidad occidentalizada a buscar respuestas imaginarias en la gran bóveda celeste, pero de preguntas terrenales cargadas de sentido para los hombres cavernarios que esperaron con ansias la luminosidad de la gran estrella. El mito como un conjunto de símbolos cargados de significado representa la construcción social del conocimiento humano, también una política que desafía la dicotomía entre orden y caos. Y es que el ser no da puntada sin hilo para dibujar su propia historia, que está repleta de intencionalidades, porque decir que las cosas suceden naturalmente respecto a un plan divino, sea el dios que sea, pareciera ser de una filosofía de la historia propia de historiadores conservadores del siglo XIX, aunque hoy todavía existen fuerzas reaccionarias dispuestos a hacernos creer de la existencia de un orden natural que nunca podrá cambiar: ricos y pobres viviendo eternamente en contradicción. Sin embargo, la humanidad está en proceso de cambio permanente, es su característica ontológica y lo que permite en nuestra actualidad pensar que el sistema neo liberal puede ser superado, de que la posibilidad del socialismo es cada vez más cercana. Pero, para ello es necesario volver incesantemente al pasado para recoger las experiencias de otros intentos entregándole un sentido contextualizado a nuestro periodo histórico. En este sentido, la Historia entrega una variabilidad de universos que deben ser resignificados para avanzar en esta inevitable cruzada de los tiempos, tal como sucede con el mito de la caverna de platón, toda esa unidad simbólica entregada por los griegos, que ante todo debo aclarar que esto no se trata de otro intento occidentalizante, sino más bien de una preocupación lectora que tuvo sentido en algunas de sus líneas, como lo que sucede con el sabio griego que debe abandonar la contemplación para asumir responsabilidades ciudadanas con la polis, compromiso de gobierno. En esto noté el cruce de ciertas ideas, obviamente con sus claras diferencias, entre el abandono de la contemplación y la tesis once de Marx sobre Feuerbach: “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Ésta ha sido una de las grandes frases que Marx nos ha propuesto, pero es necesario ampliar su espectro, ya que los filósofos no tan solo son aquellos quienes estudian hoy profesionalmente la filosofía, sino que todas las personas que se proponen una forma de enfrentar hoy la vida cotidiana. Es decir, que esta frase no está solamente fabricada para los intelectuales, sino para todo aquel o aquella que frente a la necesidad de transformar la estructura política, social y económica del país decide dejar de lado la contemplación para dar paso a la filosofía de la praxis. Esta necesidad manifiesta la construcción de una contra hegemonía para hacerle frente a los vaivenes del gran capital que dispone de la fuerza de trabajo en su devaluación constante. Es que el mito de la caverna puede tener diversos significados dependiendo de quién le entregue su sentido en el intento dialéctico a que nos lleva la incertidumbre del presente para recoger experiencias pasadas y proyectar un futuro al temple de las reivindicaciones que los pueblos necesitan.  Por ello, salir hoy de la caverna a la cual la dictadura y post dictadura nos ha sometido, y así buscar la luz de nuestros tiempos es darle sentido al cosmos, al universo, a las estrellas que fugaces pasan, a los planetas, en fin, es darle sentido a nuestro planeta tierra, a nuestra tierra, a nuestras vidas. 

14-12-2012

ceguera porteña

Estas sean quizás una de las últimas palabras que engendraré
después del nebuloso invierno porteño donde frío y mar se hacen uno.
El viejo poeta de gorra asolapada
recorre las calles jocosas bañadas de adoquines meticulosamente sometidos al suelo
el poeta recorre calle tras calle
cerro tras cerro
quebrada tras quebrada
viendo la miseria del viejo puerto
que se esconde en las postales que parecen somníferos para el turista
que maravillado del tercer mundo goza al son del impresentable flash.
Estas sean quizás las últimas palabras que engendraré decía el viejo poeta de gorra asolapada
pero, al ver lo miserable que es el hombre con el hombre
es mejor no callar
porque las palabras pesan en los libros, en las conciencias y en las murallas
porque las palabras tienen sentido si es para denunciar cómo vive el hombre porteño
que vende sus baratijas en cada esquina con tal de recolectar de la forma más sagaz las monedas que le permitirán beber hasta el último sorbo el dolor pipeñado
la chuica que le hará olvidar el qué soy y para qué estamos.
Es que el camino del errante ya no es el mismo de antaño
su bohemia acabada con la más indecorosa dictadura
ahora se ha transformado en una tienda de ropa deportiva
quizás en un supermercado del retail o en una mezquina e innombrable farmacia del lucro.
Y es que la vida avanza inquebrantable frente a los ojos del porteño
que ya no observa el puerto y menos ve llegar los barcos de colores.
Esos puestos han sido reservados para el viajero, el turista, el extranjero, el gringo
mientras que el hombre del puerto ve retirada sus esperanzas a la periferia
lugar donde no se le pueda ver y donde el ya no pueda ver su puerto querido.
Es más, la casa del poeta de gorra asolapada es el nuevo fetiche de consumo,
la nueva mercancía de lo no palpable.

13-12-2012

el laberinto de los sueños


La culpa nos golpea en el rostro como el aleteo de un ave. Nos deja parapléjicamente atado observando todo lo que sucede frente a nosotros. La contemplación es un delirio, como el sueño   recurrente del que está despierto y no puede mover su cuerpo. Es un sentimiento de espanto como el grito: la imagen más silenciosa y castrada de la época moderna, el sinónimo irrenunciable de nuestra sociedad actual. Permítanme decir, con la cautela de los ruiseñores,  que nos encontramos inmersos, por causa de esta culpa,  en el jardín de los laberintos donde cada individuo busca la salida por si solo. Es un  jardín tupido, un bosque de pinos donde la luz del sol le resulta impenetrable llegar. Estamos a oscuras palpando el camino. En tiempo de verdades atomizadas, de sentimientos acongojados, de cabezas aniquiladas, de muertos que aún nos siguen penando, pareciera que seguimos dando vuelta en círculos, llegando al mismo lugar para tropezar con el mismo muro, que no es el de los lamentos, sino que el de la desesperanza que corroe la actividad reflexiva del sometimiento a nuevos ejercicios, a la praxis de nuevos paradigmas que busquen reorientar nuestro camino. 

03-12-2012

EL MAR BRAVÍO

Un hombre de mar se acerca a la orilla para ver el qué hacer del día a día,
para ver si se viste o no con su negro terno de neopreno.
Esta es su forma de relacionarse, su forma de hacer política con ese gran océano tan impredecible y misterioso.
Es quizás la mar el signo onírico de la vida, naturaleza y ser, el signo poético de nuestros anhelos.
Es ahí, en ese lugar, en esa inmensidad donde las metáforas toman realidad
porque representa la vida de muchas vidas.
Por eso el mar está bravío después de la tormenta,
el oleaje lo dice más allá de la tendida, que es un espejismo para los buzos que equivocan sus pronósticos. Sin embargo, los buzos se arriesgan cuando se introducen a la mar,
cuando bucean a resueño buscando el preciado producto. 
Pero, cuando la mar está como taza de leche, cuando está muerta todo es más fácil,
la mar entrega todos sus rincones a disposición.
Yo siempre he preferido el mar bravío,
el desempeño,
es ahí cuando el buzo aprende de los momentos más difíciles.
Cuando el mar está bravío es cuando el buzo necesita de las algas para afirmarse entregadamente a toda corriente que lo quiera maltratar.

10-10-2012

De-venir


Se ven atravesados
Dejados a su suerte emblemática.
Fuera de todo lugar y espacio
Ya nadie los escoge, acoge y coge.
Muerte anunciada en su espera.
Natural pareciese que ya nadie hable,
Todos se miran acongojados, dejados a su muerte simbólica.
Ya nadie los recoge, todos gozan de su soledad atomizada,
De su indivi-dualidad castrada, acabada en una paja placentera.
Ya nadie se toca, solo se miran con desprecio, espanto y desconfianza.
Están todos atravesados por los mismos problemas,
Nadie se queja, parecen ovejas pastando en la gran clínica psiquiátrica del capitalismo.
Cada uno con su propio chaleco.
El sujeto sujetado
Hegemonizado, sodomizado, alienado
Es la síntesis de un modelo neo liberal,
Es la síntesis de una clase trabajadora viviendo en el fango del olvido.

15-04-2012

Rous


Las mañanas
la tardecita
la nocturna noche
me piden de tu mirada
mis mañanas
mis tardes 
mis nocturnas noches
quieren de tus labios.
Así es la cosa por estos días:
mis labios quieren revolución de los tuyos
mis manos tener de tus manos;
estrecharnos 
en la quietud
de un mar bravío,
combatir la corriente
con la dureza de nuestras palabras
que también hablan de amor.

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