14-07-2007

Mirando el exterior

La vida caminando es como un sueño que nunca acaba porque es sentir que algo no termina y solo el parar por el alrededor te permite fijar tus pies a una realidad siempre repetitiva, que finaliza en la desesperación de una imaginación afantasiada por una intensa creación de imágenes que transforman tus sueños, imágenes prediseñada por un poder central que se ramifica en un cáncer exploratorio.

Los árboles que rodean toda esta franja terrenal, y todo lo que hay más allá de la inservible frontera, tiene una finalidad especial, finalidad que se justifica en recorrer cada espacio de la fiel naturaleza para ver, que también se muestra, todo lo que se refleja en cada disgregación de un rayo de blancura pura, lo cual analizado por nuestras ventanas sensoriales descubren un intercambio, una dialéctica que se complementa con nuestras necesidades básicas y que por básicas demuestran lo necesario para sentir la armonía en todo lo compuesto.

Sentir un recurrente cambio permite crear, y recrear, una experiencia que toma su asiento en cuentos, leyendas, fábulas, historia, etc, o todo medio de relato que permita la estabilidad durante el tiempo, de una experiencia capaz de llevar consigo un potente desarrollo intelectual. Pero, no un desarrollo que se tilde de progreso, sino un desarrollo que le permita al hombre comprender las señales que le rodean y que son entregadas por la naturaleza misma de su existencia. Una existencia que le fue hecha para existir en ella comprendiendo todo lo que le rodea, pero no dominando lo comprendido con alturas de mira.

1 comentario:

rocío dijo...

puta que escribi lindo !
y más que lindo.. nose como que me he sentido .así. muchas veces..
especialemente con una hierbita rica...
(que onda la foto gigante?)
muchos besos
y nos vemos!!!
A-dios

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