Richard Lakes

El otro día caminando, como siempre despreocupado de mis pasos, observaba todo lo que se movía, miraba a esos micreros que con sus caras fúnebres hacen parar la máquina para que aquellos pasajeros con más cara de fúnebres bajasen del microbús para emprender vuelo a paso andado hacía sus respectivos trabajos, universidades u ocio, como sea, en fin, seguían sus respectivos caminos diarios como maquinitas que se les prende y apaga la luz cuando tenían que doblar en alguna esquina.

En ese entonces, mientras caminaba, dirigí violentamente mis pasos hacia el quiosco de libertad con dos norte, ese quiosco maldito que siempre muestra la irrealidad condenada de los funestos burgueses en aquellos diarios que manejan con delicada sutileza. Pero ya somos bastantes los que sabemos que esa sutileza tan odiada es la mierda de doscientos pesos que se tiran a la basura por la tonta farándula, repetida y ociosa, que se expresa en el correr de los días (se debe tener en cuenta que la política también es farándula porque es tan odiosa y maldita como ella).

Y les sigo contando, estaba a dos pasos, dos pasos que ya terminados me iban a mostrar lo que nunca creí capaz, lo que nunca pude imaginar y, sinceramente, es que cuando agudicé mis sentidos y pude ver a ese personaje acompañado de distinguidas letras, me refregué bien mis ojos y peñisque fuerte mi culo, es que en esa portada del diario madre de las mentiras, Las Últimas Noticias, vislumbre a Ricardito Lagos como el hombre que salvaría a Chile del calentamiento global y de todas esas siniestras empresas que destrozan, de norte a sur, nuestro bello Chile. Y, además, elegido por la ONU. Que les parece tal irreverente noticia, es que yo no lo podía creer y después de un segundo mi cabeza comenzó a hervir como esas teteras negras de campamento en medio de un incendio forestal. Y dije la palabra forestal, y digo la palabra pascualama, y digo la palabra celulosa, y digo la palabra tranque de relave y mejor no digo más porque el padre del Chile neoliberal se nos enojará, por entonces, nos apuntará con su dedo pasado a mierda porque eso es lo que es. Con este nombramiento ya no se si pensar si a Lagos lo nombraron para que se reconciliara con el medio ambiente, porque quería ser el Al Gore chileno o porque no quería quedarse atrás en la farándula política. En fin, ya no se que pensar de estos políticos mediáticos, es mejor que todos vallan a casa a dormir en un largo sueño como el del difunto Pinochet porque nosotros nos podemos guiar solitos por esta larga y angosta casa.