11-08-2010

En la espera se mantiene
quien lo detiene
fue Eugenio
hijo de los proverbios
doctrinales del control sistémico.

Parece que fue detenido
sospechoso por subvertir el orden natural de las cosas
por invocar al caos
dejar a Dios de lado
y ser materialista
de tomo y lomo.

Sin esposas en las muñecas
reposa tranquilamente
mientras se lee
los cargos en su contra:
"Usted fue detenido por impulsar ideas revolucionarias
capaces de cambiar el orden social
en detrimento de la unidad nacional".

Vivimos en una constante histórica
-decía el anónimo imputado-
donde la lucha de clases
producto de la aberrante desigualdad
mantiene a mi familia
y de todos los chilenos
en la miseria.
Un calor nace desde las entrañas
del imputado
y airoso discursea al fiscal
sobre el funcionamiento estigmatizante de los medios de comunicación.
En conclusión
decía
los culpables no han mostrado su rostro verdadero
pero
hoy están en el gobierno
ansiosos
de seguir aumentando la brecha entre proletarios y burgueses
entre trabajadores y empresarios
entre pobres y ricos.
Cualquiera sea el caso
mi vida
insignificante para ellos
será dedicada
siempre
a mi clase social
porque ellos han de sentir
la miseria que yo siento.

Sentado ante el fiscal
desde un rincón
suena una sonrisa
que despliega risas en la sala
y se dictamina la sentencia:
"Para evitar desórdenes en la sociedad civil
sera puesto bajo vigilancia durante un año".

En ese momento
-decía nuestro anonimo imputado-
quedé atrapado
pero no inmovilizado
esperando la llegada de mi mujer
que a gritos trataba de captar mi mirada.
Mi mujer
hermosa desde principio a fin
ha provocado
y acabado
con mi propia muerte.
En vida sigo contemplando tu belleza
-decía aferrado-
pero
encerrado en esta celda
prefiero morir
sin antes acariciarnos
por última vez.

El suspiro de esa noche
se sintió entre las celdas de los reclusos del lugar
fue una llama que encendió miles de vidas
pero que apagó la mía
para seguir el camino hacia la muerte.
En el final de nuestras vidas
recordamos
con floja elocuencia
nuestros mejores pasares
sin olvidar
que el hastío
me obligo a morir
desesperado
pudriéndome en la oscura habitación
de una cárcel de Valparaíso.

1 comentario:

rocío dijo...

que espanto este terrorismo de estado.
que horrorosas detenciones injustificadas.
Galeano tiene razon con que este mundo esta al revez.
Ya sera el mar cielo y nos sentiremos volando en ensueños facilistas.

nos vemos pronto.

Etiquetas

  • l (1)