09-04-2008

Desciframiento

Sangre en tus manos, el corazón aún palpita fuera de su estado natural. Déjalo en cenizas de esa manera los dioses que rodean nuestras andanzas con polvos mágicos vigilarán la buena aventura hacia la búsqueda ardua de quién sacrificar, o mejor dicho, a quien ofrendar. El dios que ilumina nuestros días no es un personaje mítico menos abstracto. Aquel personaje representa la conciliación entre hombre y naturaleza, ambos fueron creados con el mismo propósito: encontrar la verdad en las cosas es decir, inventar la verdad para luego representar su esencia. El hombre busca la verdad porque en ella la lucha interna es constante: algunos creen en la existencia de la verdad, otros, dicen que fue el instante más soberbio y mentiroso de la Historia universal. Y otros la visten de mística para desbordar los límites de su concepto. Entonces las ofrendas son en vano diría un hombre moderno pero el sacrificio en una América que desconoce es el ritual de entrega a la verdad, pues la muerte es única y misteriosa.

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